Por todos es sabido la fascinación que Pablo Picasso tiene por la mitología y por todo aquello mitológico. Esta exposición narra cómo estos 3 personajes influyen en la persona de Picasso y en su arte, así como también esa identificación que se establece entre el pintor y estos seres mitológicos. Hay que mencionar que esta exposición se presenta coincidiendo con el 40 aniversario de su fallecimiento.
La presencia de estos elementos en la obra del pintor es constante debido a esa dualidad que tienen de mitad hombre mitad animal y sobre el que el pintor se encuentra reflejado. En primer lugar, se encuentra una sección donde se introduce al autor, así como la presencia de la mitología en su obra, para luego centrarse en los 3 seres que dan nombre a la exposición.
El fauno, mitad animal mitad hombre como los demás seres con los que se refleja el pintor malagueño. Ser que está vinculado a lo rural y que posee una sexualidad característica. Se dice que podría representar el amor por Marie –Thérèse, mujer que se caracterizaba por una gran belleza.
El centauro, mitad hombre mitad caballo, se caracteriza por ser un ser agresivo y violento, pero que además disfrutan de los placeres del comer y de las mujeres, entre otros. Se les ha asociado con la representación de la lujuria masculina. Picasso otorga al centauro sus propias características en sus obras, donde se percibe ese afán por encontrar a una mujer (como vemos el tema de la sexualidad está bastante presente en la obra de Picasso).
El minotauro, mitad hombre mitad toro, personaje de estos tres que más transcendencia tiene en la obre de Picasso. Se dice que esta etapa comenzaría en 1933. Utiliza esta figura como una manera de autorretratarse y mostrarse como una persona que reflexiona sobre sí mismo, juzgándose a sí mismo. El minotauro se caracteriza por su instinto e intelecto, por su corpulencia y por su maldad y bondad, y es esta dualidad de maldad y bondad la que juzga sobre sí mismo el pintor malagueño. El minotauro para Picasso tiene la capacidad de vivir en dos mundos a la vez, entre lo real y lo imaginario, además de experimentar toda serie de sentimientos y contrastes. Picasso utiliza al minotauro como un alter ego clásico debido a la relación de este con la fatalidad, ya que éste está predestinado al sacrificio según la mitología. Quiere reflejar tanto la condición que se otorga de víctima como de verdugo, y será esa la dualidad que le vincula con el minotauro; sin olvidar la condición atlética y de virilidad características.
Esta exposición, como he comentado antes, está distribuida en cuatro zonas: la primera con una zona donde se presenta al autor y a la vinculación de esté con la mitología; y las tres restantes para clasificar las obras, así como un pequeño texto sobre cada uno de los tres seres mitológicos. La exposición cuenta con zonas de exposiciones así como zonas de proyección donde se proyectan videos sobre cada ser mitológico y su relación con el autor.
La obra está contada desde el reflejo, que el autor enfoca en su obra, sobre el personaje mitológico y, en cada uno de los tres seres mitológicos, se comentaban en primer lugar las características del ser mitológico, después esa relación que establece el pintor con ese ser, así como también las características con las que dota a estos personajes, para terminar con obras y bocetos en los cuales estos seres mitológicos son protagonistas. Toda la obra va acompañada de texto acompañado de imágenes donde poder seguir como la presencia de estos seres ha sido presente a partir de 1930. La exposición ha sido colocada en una de las salas de la Fundación Bancaja, concretamente en la primera, y se caracteriza por la utilización de unos colores que nos hacen sentir como si estuviéramos en un lugar mitológico, con paredes color marrón, donde residen los cuadros, y una disposición de cuadros laberíntica, que bien podría estar asociada al laberinto del minotauro. Los pasillos son laberinticos y oscuros, muy alejados de la exposición de la planta superior donde predomina una luz más intensa. En esta planta, solo se enfocan y con una luz tenue los espacios de descanso de las personas, así como las propias obras, imitando a una luz cenital que provoca esa inmersión del espectador en todo el mundo mitológico. En los espacios más grandes y sin ningún tipo de iluminación se encuentra el proyector de videos, debido a que es interesante la oscuridad para que se observe de una manera óptima el contenido que se proyecta. Pero estas estancias entrecruzadas y laberínticas aparecen cuando nos adentramos en las secciones de los seres mitológicos, manteniéndose la primera zona (breve introducción) como espacios amplios.
Por último, queda mi opinión, una opinión sobre una exposición, siendo ésta la primera que visito con una nueva mirada y unos nuevos conocimientos que sin duda hacen entender mejor el porqué de muchas cosas. En primer lugar, creo que es una exposición que recomiendo, que es un lado del pintor malagueño que no estudiamos y que forma parte de su ser como artista y de su forma de pensar. Me parece fascinante la lucha interna entre maldad y bondad, esa dualidad y su querer reflejarse en su obra; como manifiesta sus pensamientos en sus obras a través de estos seres mitológicos. Creo que el decorado acompaña perfectamente a la exposición con unos tonos oscuros, cálidos que, por lo menos a mi persona, suscitan ese sentimiento de inmersión en la mitología y creo que consiguen esta inmersión del espectador con la obra del pintor. A este concepto de luz, hay que añadirle la posición laberíntica de la sala en la que se sitúa el minotauro. Exactamente no sé si forma parte de la arquitectura de la sala, o se ha buscado una distribución así, pero lo que estoy completamente seguro es que no es azarosa la posición de la sección del minotauro en la zona más laberíntica y la zona de la introducción en las zonas más amplias; en definitiva, no se produce solo una inmersión en los temas mitológicos en la obra de Picasso conforme vas avanzando, sino que el decorado también experimenta esa inmersión. Por último, quiero decir que esta actividad es muy positiva, ya que la cultura y el arte sufren, en tiempos de crisis, una caída de visitas y que sirve como una manera de fomentar, también, el acudir y contemplar algo que, aunque muchos no lo pensemos, forma parte de nuestra historia y de nuestro ser como cultura y nación.
Subido por: The Observer